Las plantas carnívoras son unas fascinantes plantas que crecen generalmente en lugares con suelo pobre en nutrientes (especialmente en nitrógeno), como en las tierras ácidas, terrenos pantanosos, turberas y farallones rocosos.
Por ello, estas plantas han desarrollado métodos para atrapar animales -normalmente insectos y artrópodos- y completar así sus necesidades nutritivas.
Para que una planta sea considerada carnívora, debe cumplir tres requisitos: atraer, atrapar y digerir a la presa. Diferentes son los mecanismos que utilizan para atraer y atrapar a sus víctimas. Veamos algunos a continuación:
* Pinzas: es el mecanismo del que se vale la planta carnívora más conocida de todas, la venus atrapamoscas. La presa es atraída por un néctar dulce, se posa en la hoja y cuando roza los cilios detectores, la trampa se cierra automáticamente. Las espinas de los bordes impiden la escapatoria. El movimiento de la víctima estimula la secreción de jugos digestivos.
* Pelos pegajosos: las hojas segregan un fluido viscoso con aroma similar al de la miel. Cuando un insecto se posa en la hoja, queda atrapado en unos pelos pegajosos. Luego la hoja se curva hacia adentro, hasta que se cierra sin permitir la huída.
* Trompetas: algunas de estas plantas tienen un receptáculo en el que caen los insectos. Una vez dentro, no pueden salir por las dificultades que opone la planta (cilios invertidos, falsas salidas, sustancias pegajosas...) y acaban por ahogarse en el líquido digestivo que hay en el fondo.
De todos estos mecanismos, el más sorprendente es el de las pinzas, por lo que supone de movimiento. ¿Cómo consigue la planta el rápido movimiento de captura?
Con cambios en la distribución del agua que contienen sus células. Las células de un lado de la hoja aumentan de tamaño al contener más agua y las del otro lado se encogen al perderla. Y la diferencia de presión del agua de las paredes internas y externas de las células, hace que la trampa se cierre.
Curiosidad: Charles Darwin escribió el primer tratado conocido sobre estas plantas en 1875.
Observación: aunque se las conoce por insectívoras, es más correcto el calificativo de carnívoras, porque son capaces de atrapar y digerir ranitas, pececillos, gusanos y, en raras ocasiones, crías de roedores, aves o reptiles.
CANDELA VILLAESCUSA